Podríamos
decir que el cine mudo es aquel cine en el que no hay sonido sincronizado
(especialmente diálogos) y consiste únicamente en imágenes, como una definición
exacta, pero también es la época anterior a 1920, desde 1895, cuando comenzó el
cine mudo, y no sólo sin sonido, sino en blanco en negro antes de que llegase
el cine en color, de lo que hablaré en otra de las pestañas de este blog.
‘Mudo’, ya
que carecía de diálogos, pero a la vez las imágenes eran acompañadas por un
pianista u organista, que en los comienzos de la filmografía improvisaban temas
alegres y movidos, e incluso música clásica. Pero con el paso de los años las
películas comenzaron a hacerse más largas, por lo que a los músicos les hizo
falta una partitura para llevar a cabo las llamadas ‘bandas sonoras’. Pocas
composiciones han sobrevivido de este período, los musicólogos a menudo se
encuentran con problemas al tratar de hacer una reconstrucción precisa de las
composiciones que quedan. Las composiciones se pueden distinguir en cuatro tipos:
reconstrucciones completas de composiciones hechas, compuestas para la ocasión,
montadas de bibliotecas de música ya existentes o improvisadas nuevamente. Un
aspecto muy observado en el desarrollo de la composiciones ‘mudas’ es el órgano
de teatro, diseñado para llenar un espacio entre un solista simple de piano y
una orquesta más grande. Los órganos del teatro tenían una amplia gama de
efectos especiales.
El interés
en las composiciones de las películas mudas disminuyó en los años 60 y 70.
Desde entonces surgió una tendencia en muchos de los programas de cine de las
universidades y en los repertorios de los cines en los que la audiencia
experimentó con largometrajes que eran solo un medio visual, sin distracciones
de música. Esto sucedió por la mala calidad de las pistas de música encontradas
en muchas películas del momento. Más recientemente, ha habido un renacimiento
en el interés de la presentación de las películas mudas, ya sea con
recomposiciones de las obras originales, o bien, con composiciones originales
adecuadas a la obra.
En los años anteriores a la
introducción del sonido se realizaron muchas películas mudas, pero un número
considerable de ellas (algunos historiadores estiman que entre el 80 y el 90
por ciento) se ha perdido. Las películas se filmaban en un rollo que era
inestable, altamente inflamable y requería de una conservación cuidadosa para
evitar que se descompusiera con el tiempo. Aunque la mayoría de estas películas
se quemó o fue destruida, se ha reciclado a muchas de ellas. La conservación de
películas es una prioridad entre los historiadores.
La mayoría de las películas mudas se
filmó a velocidades más lentas que las películas con sonido (normalmente de 16
a 20 fotogramas por segundo frente a 24) por lo que pueden parecer artificialmente
rápidas, lo que remarca su aspecto poco natural. No obstante, algunas películas
mudas, particularmente las comedias, fueron filmadas a menor velocidad de
manera intencional para así acelerar la acción. Uno de los mejores cómicos
‘mudos’ es Charles Chaplin, del que a continuación hablaré.
Charlie Chaplin.
Chaplin, fue uno de los más
fantásticos artistas del siglo XX. Nació en Londres en el siglo XIX, y con
cinco años ya estaba trabajando en el cine, en este caso, imitando la voz de su
madre (la cual era judía como el resto de la familia), una artista que se quedó
sin voz al final de una obra de teatro. Con doce años también tuvo
participación en un teatro, pero en este caso, ya como un personaje, a pesar de
ser un papel pequeño, pero pronto ya estaría con Fred Karno, un pionero del
mundo cómico que lo llevas tras largos viaje, al viaje más importante de su
vida, la fama y la libertad de expresión a través de la pantalla.
Pero no todo era felicidad para
Charles, ya que perdieron a sus padres siendo niños, y fue de orfanato en
orfanato junto a su hermano. Poco después ambos se introdujeron en el género
teatral y el cine, donde Chaplin transmitía al espectador sus sentimientos
pasados cuando era un niño huérfano.
En 1914 debutó en el cine. Durante
sus primeros años en Hollywood, Chaplin intervino en muchos cortos en los que
manifestaba la influencia de uno de sus ídolos y principal referente
humorístico, Max Linder.
El porte elegante de Linder pronto
fue modificado por el actor británico por el famoso personaje de Charlot,
desarrapado vagabundo de pequeño bigote con bastón y bombín, que le llevo a una
de sus más importantes películas, y una de sus primeras críticas a la sociedad
del momento. La película se llama ‘El Vagabundo’, y un poco más adelante
hablaré de ella.
Dedicó toda su carrera al cine, creo
grandes éxitos como ‘El Gran Dictador’, hasta que a mediados del siglo XX tuvo
problemas políticos por no apoyar el esfuerzo realizado por un ejército en le
segunda guerra mundial, y entonces fue exiliado a Suiza, donde finalmente
murió. A pesar de no querer apoyar a los soldados, hizo una campaña apoyando a
algunos partidos Soviéticos, que luchaban contra los alemanes, que estaban
creando una masacre contra judíos en el Holocausto, lo que a Chaplin le llenaba
de tristeza ya que él era uno de ellos.
Charles también compuso canciones, y
aunque no lo tomara como un trabajo, muchas de ellas han sido interpretadas por
Celine Dion o Michael Jackson.
El Vagabundo.
El personaje del vagabundo, también
conocido como Charlot, fue presentado durante la época del cine mudo en una comedia
titulada ‘Carreras sofocantes’ (1914). Sin embargo, Chaplin había diseñado el
atuendo del personaje para una película producida unos días antes pero estrenada
poco después que la otra, titulada ‘Extraños dilemas de Mabel’. Chaplin recordó
en su autobiografía:
“No tenía idea sobre qué maquillaje
ponerme. No me gustaba mi personaje como reportero (en Carlitos periodista).
Sin embargo en el camino al guardarropa pensé en usar pantalones bombachudos,
grandes zapatos, un bastón y un sombrero hongo. Quería que todo fuera
contradictorio: los pantalones holgados, el saco estrecho, el sombrero pequeño
y los zapatos anchos. Estaba indeciso entre parecer joven o mayor, pero
recordando que Sennett quería que pareciera una persona de mucha más edad,
agregué un pequeño bigote que, pensé, agregaría más edad sin ocultar mi
expresión. No tenía ninguna idea del personaje pero tan pronto estuve
preparado, el maquillaje y las ropas me hicieron sentir el personaje, comencé a
conocerlo y cuando llegué al escenario ya había nacido por completo.”
En esta película corta, Charlot es un
solitario músico callejero que toca el violín. Parado afuera de un bar, ejecuta
su instrumento pero nadie le regala propina. Simultáneamente en la puerta
principal del local se para una banda de músicos que también deleita al público
para que les regalen monedas. Aprovechando que ellos están afuera tocando, el
vagabundo entra en el local y usando su sombrero recoge la paga que debería ser
para los otros músicos. Disfrutamos entonces de sus divertidas
ocurrencias.
Posteriormente en su camino como
violinista se encuentra a una joven la cual ha sido raptada por unos gitanos
que la maltratan y explotan. Charlot la libera y la lleva a su “casa” (carro
ambulante en el que vive). Estando allí la joven conoce a un pintor el cual la retrata en un cuadro. Viéndola tan entusiasmada con el artista,
nuestro vagabundo sufre porque él está enamorado de la chica -Este es un
constante en las películas de Chaplin, en la mayoría de las cuales es rechazado
por sus amadas- Pero ocurre que el cuadro es el eslabón para que la verdadera
madre de la joven la encuentre y la lleve a su casa para hacerla heredera de
sus bienes, dejando en la tristeza a Charlie. Luego vendrá el final feliz,
cuando la chica se devuelva en busca del vagabundo y lo lleve con ella.
El Gran Dictador
La primera película hablada de
Chaplin, El gran dictador (1940), significó un acto de desafío contra el
nazismo. Fue filmada y lanzada un año antes de que Estados Unidos entrara en la
Segunda Guerra Mundial. Chaplin interpretó el personaje de Adenoid Hynkel, el
dictador de Tomainia, inspirado en el dictador alemán Adolf Hitler, que era en
la vida real cuatro días más joven que Chaplin y tenía un bigote similar. La
película también presentó al comediante Jack Oakie como Benzino Napaloni, el
dictador de Bacteria, una parodia al dictador italiano Benito Mussolini.
Un humilde barbero judío tiene un
parecido asombroso con el dictador de Tomania, un tirano que culpa a los judíos
de la crítica situación que atraviesa el país. Un día, sus propios guardias lo
confunden con el barbero y lo llevan a un campo de concentración. Al mismo
tiempo, al pobre barbero lo confunden con el tirano, y finalmente le obligan a
dar un discurso, el mismo que improvisa y le da fuerzas a todas los soldados,
enseñándoles que son personas y que tienen los mismos derechos que cualquier
gran autoridad, y que evidentemente, deben ser tratados como humanos que son.
El cine mudo fue una época
importante, no sólo para los historiadores actualmente, sino para todo el
mundo, ya que fueron los comienzos del cine y gracias a ello actualmente se
llevan a cabo proyectos cinematográficos impresionantes.
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